Tapis

Wednesday, September 22, 2010

Vicente Nario y los tres tristes mexicanos en Darmstadt


El pasado 15 de septiembre en la noche, mientras librerías Ghandi felicitaba a Vicente Nario, mientras Felipe gritaba desde su balconcito en el Zócalo, mientras 20 mil 294 elementos del ejércitoy la marina mexicanos, polícías y hasta charros desfilaban, y mientras un chingo de mexicanos bailaban, cantaban y tomaban tequila...

Tres tristes mexicanos se congregaron en un pequeño departamento en Karslhof, en la ciudad alemana de Darmstadt, para comerse unas quesadillas chamuscadas hechas en horno para pan... y eso sí, con mucha salsa verde de La Costeña, con rajitas y salsa de habanero. Mmmm la salsa fue lo mejor de la celebración.

Nuestro festin mexicano

Eramos solo Daniel, Tor y yo, hasta que llegó Hannah con tortillas y con su salsa de chile habanero y descubrimos que aunque es alemana de nacimiento, definitivamente es mexicana de corazón...

Hannah, mexicana de corazón

Salimos a la calle con la esperanza de encontrar a algún grupo de mexicanos perdidos en el extranjero que también celebraran junto con nosotros el Bicentenario. Pero ni siquiera en el restaurante Enchilada, a donde fuimos a cenar encontramos el menor rastro de algún otro mexicano. Nos acompañó una amiga de Hannah que era de Bulgaria y entonces hablábamos una mezcla extraña de español, inglés y alemán. Yo obviamente traía mi banderita (no la mini que me compró mi mamí, una mas grande) y Tor cargaba con su megabandera digna de tirarse envuelto con ella cual niño héroe... y Daniel traia una gorra de México... Hannah traía ropa y collares de plata comprados en México y la única que no traía nada mexicano era la búlgara... así que procedí a arreglar el problema prestándole un broche con un sombrerito mexicano miniatura y un mini zarape con los colores patrios... La culera creyó que se lo había regalado y se lo llevoooooo :'( Y me lo había regalado mi mamaaaaa!!! Y yo lloré mucho... pero solo hasta el día siguiente que me acordé.

Hannah y su amiga Geri...
....y mi sombrerito que me dio mi mami sobre la mesaaaa waaa :'(

En Enchilada que realmente fue lo mas cercano a un restaurante mexicano aquí en Darmstadt, comimos unos mega nachos con queso, que aunque traían una mamadita de guacamole nada más, estaban bastante buenos, y luego comimos unas enchiladas verdes que la verdad no estaban tan mal dadas las circunstancias... Lo único es que si estaban caritas la neta... pero como Tor y yo compartimos, no nos salió tan mal. Y la ocasión lo valía.






Pero nuestra celebración acabó bastante temprano y pues todos nos fuimos a dormir porque al día siguiente había escuela... pero eso sí, en la calle Tor se puso su bandera como capa y los tres tristes mexicanos anduvimos muy felices por la calle con nuestras banderitas de México :)





Curiosamente una semana después del 15, finalmente conocimos a un par de mexicanos!!! Ayer, nos invitaron a otras residencias en la Nieder-Ramstadter Strasse 189, donde en el sótano un estudiante alemán pone un bar los martes, y allí puedes jugar futbolito, billar y dardos gratis.

Allí conocimos a Hugo y a Giancarlo, dos poblanos que están estudiando mecatrónica o mecánica o algo parecido en Darmstadt. Ellos no son estudiantes de intercambio, sino que se van a quedar aquí los cuatro años de la carrera. Aunque un poco tarde, nos dio mucho gusto conocer a nuestros compatriotas y nos quedamos con ellos un buen rato. Ellos ni festejaron el grito porque el 16 de septiembre tenían examen.

Pero aunque estábamos muy felices de finalmente conocer a otros mexicanos y el billar estaba muy divertido porque había un marroquí malacopa pendejeando,robando cigarros y armándosela a todo mundo, teníamos que regresar temprano. Y como al día siguiente teníamos clase de alemán, a las 12:00 de la noche decidimos regresar a nuestras residencias para poder descansar. Total que llegamos a la parada del tranvía, y todavía faltaban 20 minutos para que pasara el siguiente. Como ya era tarde, el transporte público pasa con menos frecuencia. Pero estuvimos ahí media hora congelándonos el culo, como dirían los montones de españoles acá en Darmstadt, y pinche tren nunca pasó. Y después de esperar un ratote, nos hartamos y optamos por caminar, sólo porque era nuestro último recurso, porque estábamos bastante lejos de nuestras residencias... y ese mismo día un poco antes una alemana nos presumía que en Alemania los trenes nunca llegaban tarde... sí como no.

Caminamos y caminamos, y cuando llegamos a una de las plazas centrales donde pasa ya no el tren, sino el camión que nos lleva a nuestras residencias, todavía faltaban 20 minutos para el siguiente, y como no nos dio confianza esperar porque no nos fuera a volver a pasar lo mismo, decidimos irnos a pie.

Pasamos por una fiesta a la que nos habían invitado los españoles, pero les habíamos dicho que no íbamos porque nos queríamos dormir temprano. Y claro, cuando pasábamos nosotros apenas por ahí, ellos ya iban saliendo para regresar a sus residencias. La española que nos encontramos se sorprendió mucho al vernos y ella se regresó en taxi a su residencia... Nosotros ni taxi habíamos encontrado, ni dinero para taxi teníamos... Y de todas maneras ya estábamos más cerca de nuestras residencias para cuando pasamos frente a la fiesta. Nos juntamos con dos italianos, Tomaso y Damiano(creo que así se llama) que también vivían por nuestros rumbos y caminamos con ellos de regreso. Ya con su compañía se nos hizo un poco mas ameno el último tramo del camino.

Por fin llegamos a Karlshof como 2 horas después de haber salido del bar de la Nieder... y de eso habíamos caminado hora y media. Nos dormimos como a las 3 a.m. y obviamente al día siguiente (osea hoy) no fuimos a clase porque estabamos molidos. Dormimos toda la mañana y nos hizo mucho bien porque nos sentimos mejor.

Pero en la tarde teníamos una actividad integradora que organizaron los tutores en un lugar llamado Kletterwald, que es básicamente como un bosque de Robin Hood o los niños perdidos de Peter Pan, lleno de tirolesas, cuerdas, escaleritas y plataformas en los árboles. Y ahí andábamos como Tarzán saltando de un arbolito a otro (obviamente agarrados con poleas de seguridad), y pasando entre cuerdas, mallas, y canastas. Estuvo super divertido, para mí, aunque Tor creo que no lo disfrutó tanto porque le daba miedo la altura... (Si, pensé en Coach agachándose por tres horas para agarrar valor y tirarse el clavado ese de como 2 mini metros en los rápidos...)

Kletterwald

Sobra decir que ahorita estoy más muerta aunque hoy haya dormido hasta tarde en la mañana... Mañana a ver cómo le hago para levantarme a ir a clase.

1 Comments:

  • At 9:05 PM, Blogger Unknown said…

    está de lo másss padre.. checa este video chanwi http://vimeo.com/15068747 te amo

     

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